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La situación política en Alemania y Bolivia en los años 30 y 40
por Aitana Sánchez, Martina Prudencio y Mateo Martinez

La situación en Bolivia siempre se ha caracterizado por la segregación política y la inestabilidad económica. La década de los años 30 comenzó con problemas después de que Hernando Siles tuviera el deseo de permanecer en el poder más tiempo del que debía. Por esta razón, Siles fue obligado a renunciar después de una revolución. Después, una junta militar se hizo cargo del país. Los militares tenían estrechas relaciones con Alemania y así, por ejemplo, Ernst Röhm estuvo en Bolivia como entrenador de tropas de 1928 a 1930 (https://whoswho.de/bio/ernst-roehm.html). En 1931, Daniel Salamanca tomó el poder y bajo su liderazgo comenzaron los problemas con Paraguay, lo que llevó a la Guerra del Chaco, que duró hasta 1935. Sin embargo, en este conflicto también participaron personalidades internacionales, como el militar alemán Hans Kundt y su teniente Germán Busch (de padre alemán y madre boliviana), que ayudaron al ejército boliviano contra los paraguayos.

Busch participó en tres golpes de estado: el primero contra Daniel Salamanca, el segundo contra José Luis Tejada Sorzano y el tercero contra David Toro. En 1934, Tejada Sorzano llegó al poder mediante un golpe de estado gracias al apoyo de los revolucionarios, entre ellos Busch, pero fue derrocado por los mismos revolucionarios en 1936. Busch estuvo en el poder sólo unos días hasta que David Toro asumió la presidencia. Pero en 1937 hubo un segundo movimiento y Busch llegó al poder. Para mantenerse en el poder, Busch mantuvo una actitud fascista y un estrecho contacto con el nacionalsocialismo alemán.

El gobierno del Tercer Reich apoyó firmemente al gobierno de Busch enviando asesores económicos y consultores petroleros a Bolivia. Meses antes de su suicidio en 1939, German Busch anunció en abril del mismo año que quería convertirse en un dictador nazi y necesitaba el apoyo del gobierno alemán para hacerlo (Brockmann, Robert: Dos disparos al amanecer. Vida y muerte de Germán Busch, 2016). Después de la muerte de Busch, el General Carlos Quintanilla asumió la presidencia. Restauró la constitución de 1938, que había sido previamente abolida por Busch, y estipuló que el ejército tomaría el control del país hasta que se celebraran nuevas elecciones.

Después de las elecciones de 1940, el general Enrique Peñaranda, que rompió los lazos de Bolivia con el “eje” nacionalsocialista y se puso del lado de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, declaró la guerra a Alemania en 1943. Sin embargo, Peñaranda no aprovechó esta relación y desperdició las materias primas del país vendiéndolas a precios muy bajos, a diferencia de otros países que aprovecharon las circunstancias de la guerra para vender sus materias primas a un precio más alto. Durante el gobierno de Peñaranda, los simpatizantes del general Busch lograron reorganizarse después de su captura y fundar el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). El 20 de diciembre de 1943, Peñaranda fue derrocado por un grupo militar llamado Razón de Patria, y Gualberto Villarroel, apoyado por el MNR, asumió la presidencia. Tres años después, Villarroel fue linchado por la población. Después de las elecciones de 1947, Enrique Hertzog asumió la presidencia y en 1949 presentó su renuncia. En los años de su mandato, por razones de salud, transfirió el poder a su vicepresidente Mamerto Urriolagoitia, iniciando así una nueva etapa para Bolivia que terminó en la revolución de 1952.

Por otra parte, Alemania ya había entrado en una fase de crisis y desestabilización después de su derrota en la Primera Guerra Mundial. Muchos alemanes creían que la socialdemocracia era la culpable de la derrota en la guerra. Sin embargo, desde mediados de la década de 1920, la situación en Alemania había mejorado. En 1930, debido a la crisis económica mundial, Alemania no pudo pagar las deudas relacionadas con la guerra como se estipulaba en el Tratado de Paz de Versalles. El desempleo aumentó dramáticamente. Además, una crisis política causó más descontento. Las formaciones del gabinete se disolvieron y se celebraron nuevas elecciones constantemente.

Tras la fundación del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), gozó de un apoyo progresivo entre la población gracias a las habilidades oratorias de Adolf Hitler, por lo que recibió cada vez más votos en las elecciones. Los partidos conservadores no recibieron suficiente apoyo popular, y el presidente Paul von Hindenburg nombró a Hitler como canciller con la esperanza de que pudieran formar un gobierno con mayoría con el NSDAP. El 30 de enero de 1933, Hindenburg nombró a Hitler Canciller del Reich. Hitler llegó al poder legítimamente, aunque no había sido elegido por la mayoría del pueblo alemán. Desde el principio, Hitler comenzó a acumular poder. Un acontecimiento importante es el incendio del Reichstag el 27 de febrero de 1933, porque a partir de esa fecha entraron en vigor las normas que suspenden los derechos civiles de la población, como la libertad de expresión. Los oponentes políticos del régimen nazi fueron proscritos, perseguidos y exterminados. El 1 de abril de 1933, el gobierno lanzó una campaña oficial contra los judíos, víctimas del acoso y la opresión nazis. Las medidas contra los judíos comenzaron con el anuncio de un boicot a los productos judíos y terminaron con el trágico Holocausto. A medida que aumentaba la persecución de los judíos en Alemania y, más tarde, durante la ocupación alemana, en toda Europa, también lo hacía su migración, incluso a países como Bolivia, de modo que a mediados de la década de 1940 la comunidad judía de Bolivia contaba con unos 15.000 miembros, en su mayoría procedentes de Alemania, Austria y Polonia (véase la entrevista en vídeo con Ricardo Udler, presidente de la Comunidad Judía de Bolivia). Aunque el alemán Busch seguía una política fascista, no era antisemita y, por insistencia del minero Moritz Hochschild permitió que varios miles de judíos entraran en Bolivia (https://www.n-tv.de/politik/War-Hochschild-der-Oskar-Schindler-Boliviens–article19903770.html).

Después del final de la guerra, comenzó una gran migración de retorno, por lo que hoy en día, la comunidad judía de Bolivia sólo consta de aproximadamente 500 miembros. Las relaciones con Alemania se normalizaron en 1952 con la llegada del nuevo embajador alemán. Sin embargo, los conflictos en la comunidad alemana aún no habían terminado (véase la página 4), como lo muestra una carta del embajador de la Comunidad Cultural Alemana:

Como podemos ver, hay similitudes y diferencias entre las dos naciones y sus políticas, especialmente en la crisis económica y política. Un detalle importante es la influencia del Nacional Socialismo en la política boliviana, desde el gobierno de Busch hasta el comienzo de la administración del MNR, un partido que, a pesar de proponer varias ideas socialistas e integradoras, también compartía ideas originadas en Alemania, aunque no promovía el odio a los judíos.